Así que, después de obedecer al buen hombre, entramos. La teniente O´neil cerró la puerta. Sí, porque era la teniente O´neil pero en fuerte. 1.80 aproximadamente, rubia con coleta y como un armario empotrao. El body combat consiste en tracks de música cañera a toda ostia sobre la que se hace una coreografía que se basa en movimientos de artes marciales. A saber: Puñetazos, codazos, ostias y patadas de diferentes tipos; pasos, saltos y otros movimientos mezclados y coordinados siguiendo diferentes pautas. Y encima, cada vez que das un puñetazo o patada fuerte, tienes que dar gritos. A mí me daba corte, así que yo callaíta.
A los 5 minutos ya no podía con mi alma. Todo el mundo parecía seguir sin problemas la coreografía, pero yo estaba reventá, y la teniente, venga a dar voces del tipo: ¡CON ÁNIMO! ¡CON Juegos minecraft! ¡ARRIBAAAAAAAAAAA!
A la media hora, miré hacia la puerta, buscando una posible vía de escape, pero la teniente se tuvo que dar cuenta porque se vino dando botes hacia mí (¡Ay mare!, pensé), y se puso a darme voces: ¡¡ARRIBA ESAS RODILLAAAAAASS!!, ¡¡GOLPEA CON FUERZA!!, ¡¡MÁS RÁPIDO, MÁS FUERTE!!;

Una chispita, una chispita faltó pa echarme a llorar, pero no lo hice, ('dinnidá ante todo', me dije). ¡Ay qué mal rato! No sabía dónde meterme. Total, que saqué fuerzas de donde pude e intenté hacer lo que me enlace para que no me chillara más.
Después de unos interminables 65 minutos, acabó la clase. Intenté aparentar (que ya he dicho que una es 'dinna' antes que persona) que estaba perfectamente y llegamos a las duchas. Pero claro, el día no podía terminar así, no. Cuando salí de la ducha y fui a cambiarme, resbalamos mi toalla y yo y nos pegamos una ostia memorable en mitad del vestuario. ¿A que nadie se imagina delante de quién?